Conocer profundamente al otro y no concentrarse en sus errores es un factor fundamental.
Aquello por lo que nos enamoramos no sirve para saber si la relación se sostendrá en el tiempo, esto afirma el psicólogo John Gottman, autor de más de 40 libros y de 160 artículos científicos sobre las relaciones de pareja, que revela cómo se logra el éxito duradero y refuta algunos mitos sobre el amor romántico.
¿Ud piensa que el amor romántico es una base pobre para el matrimonio?
-Si. En una relación larga, el romance, el sexo y la pasión son muy diferentes de lo que son en su faz inicial de atracción. Eso no quiere decir que el amor y el romance estén muertos. Creo que son maravillosos y que pueden ser la base de una relación. Parte del problema es que la gente no sabe qué busca cuando se compromete con una pareja.
-¿Qué debería buscar?
– Las señales son realmente muy simples. Primero que nada, ¿Se lo trata a uno con amor, afecto y respeto? ¿Se siente que hay una base en términos de cuidados, apoyo y afecto? ¿Le gusta realmente compartir sus horas con esta persona de manera que el tiempo fluya como el vino? ¿Es fácil estar juntos? A medida que la gente se siente más cercana, otra cosa para tener en cuenta es el sentimiento de que uno puede crear la sensación de propósitos, significados y valores compartidos.
-¿Cómo estudia científicamente a las relaciones?
-En los últimos 20 años, hemos estudiado parejas a lo largo del curso de sus relaciones, desde gente recién casada o comprometida hasta parejas que tienen más de 80 años.
A través del tiempo advertimos que hay sólo un pequeño número de cosas que la gente hace en las relaciones que funcionan.
-¿Cómo cuáles?
– Al examinar la psicología y la conducta de una pareja durante una conversación sobre un tema en el que no estaban de acuerdo. En las parejas que duraron, la tasa de afirmaciones positivas a negativas durante una conversación conflictiva fue de 5 a 1. En las relaciones que terminaron, la tasa fue de alrededor de 1 a1
-¿Cuál es la receta?
-Lo primero es que el sexo, el romance y la pasión tienen que ver con tomar información y energía, es decir, lo contrario a transmitirla.
Por lo tanto no se trata de ser sexy o atractivo, sino de estar interesado en su pareja y de ser receptivo y conocer al otro, y comprender lo profundo y fundamental de ella. Es una decisión de cada momento el estar interesado, el ser obsequioso.
-¿Hay algunas personas que son particularmente buenas para las relaciones?
– Si. Yo las llamo “maestros de las relaciones”. Tienen ese hábito mental por el cual buscan cosas para apreciar. Buscan cosas para poder decir “gracias”. En el otro extremo, los “desastres de las relaciones” se focalizan en los errores de su pareja. Escudriñan para encontrar lo que el otro está haciendo mal.
-¿Qué cosas se destacan en las relaciones malas?
-Hemos encontrado cuatros cosas, las llamamos los cuatro jinetes del apocalipsis.
La primera y la más negativa es el DESPRECIO: dirigir insultos, el sarcasmo, el sentimiento que uno es mejor que su pareja. Un aire de superioridad es, en si mismo, el mejor vaticinador del divorcio. La CRÍTICA es otro signo de una relación que no va a ninguna parte, así como ESTAR A LA DEFENSIVA, como cuando se responde a una queja con indignación o como si uno fuera una víctima inocente.
Por último, está EL ENCERRARSE O RETIRARSE EMOCIONALMENTE DE LA INTERACCIÓN.
-¿No se encuentran estas cosas también en las relaciones buenas?
-La crítica y el estar a la defensiva se encuentran en todas las relaciones. La diferencia es que un “maestro de las relaciones” notará que las cosas no marchan y hará un intento de reparación. Y lo que hace la otra diferencia que el otro acepte el intento de reparación de su pareja.
-¿Pueden revertirse las malas relaciones?
-Es natural que la intimidad se deteriore si no se pone energía en ello. A medida que la vida continúa, las parejas pueden ignorarse mutuamente y dejar de conquistarse.
Se focalizan en sus hijos o en su trabajo. Pero se puede aprender qué hacer si los jinetes del apocalipsis comienzan a atacar. Hay una base científica en esto. Podemos aprender de los “maestros de las relaciones” y podemos hacer que los problemas no ocurran.
Historias transgresoras:
En tiempos de cambios veloces, las relaciones largas van contra la corriente
¿Puede mencionar tres defectos de su pareja que le cuesta soportar? ¿La llegada de los hijos produjo crisis profundas? ¿Temió, sospechó o confirmó una infidelidad de su pareja alguna vez? ¿Pasó largos períodos sin tener relaciones sexuales con su pareja? ¿Discutieron sobre quién maneja el dinero en casa?
Las parejas de larga y feliz duración responderían que si a todas esas preguntas. La diferencia, probablemente, está en que si se les preguntara si el mejor plan es dejar el mundo en pausa y estar juntos, si pueden nombrar lo que más admiran del otro y si, al relatar hoy la primera vez que vieron a su pareja, hace 20, 30 o 40 años, sienten casi lo mismo que entonces.
Los amores de largo plazo, según los cuentan sus protagonistas, son historias ambiguas, para nada idealizadas, de construcción lenta y paciente, que se abren paso entre toda la gente que rodea a una pareja, y que tienen tanto de estrategia racional para estar juntos como de impulso apasionado e inexplicable.
La ciencia lo mide; la psicología lo interpreta; la autoayuda lo recomienda, y la ficción lo recrea. Pero nadie termina de desentrañar el secreto del amor duradero. Menos mal. (Autora de “Por qué duran el amor. Historias y claves de parejas que le ganaron al tiempo).
Conclusiones:
En mi opinión, toda investigación científica sobre la sexualidad y las parejas suma ideas interesantes, aunque creo que el tema en sí no es muy científico, por lo menos desde el modelo de las Ciencias Exactas.
Me parece que el tema de los cuatro jinetes del apocalipsis ,que atentan contra el amor y el de las afirmaciones positivas o negativas en una discusión conflicitiva, son factores que sin duda colaboran al distanciamiento de las parejas. Sin embargo creo que el sexo, la pasión y el romanticismo son siempre importantes de mantener, de recrear, como el fuego de una chimenea, y la forma en que lo recreamos, es parte de la creatividad de cada pareja. Pienso que una muy buena pareja al inicio, con muy buenos componentes de atracción , y afinidades, puede perfectamente caer en la rutina, sí pone el piloto automático a la relación y deja de poner leños al fuego.
En otro momento Gottman habla de “hacer que los problemas no ocurran”, creo que problemas va a haber siempre, el tema es cómo se para cada miembro de la pareja frente a éstos, qué dinámica utilizan para discutir y cuáles para reconciliarse.
En la segunda parte de la nota, en “Historias transgresoras”, habla de que aún en las parejas duraderas, pueden pasar largos períodos sin sexo. No estoy de acuerdo, creo que este punto es lo que diferencia a una pareja de: dos amigos, dos compañeros de trabajo, dos hermanos. Es el sexo justamente lo que los hace pareja, dos personas pueden charlar mucho, compartir actividades juntos, pero si no hay intercambio sexual, no hay pareja.
Por otro lado al comienzo , Gottman dice que la pasión no es la misma al comienzo de la relación que luego de 20 años, y la autora de la segunda nota, dice que las parejas de 20, 30 años de relación que están contentas , sienten lo mismo por sus parejas que al principio de la relación. Creo que la pasión puede no sentirse todo el tiempo, pero sí sentirse en momentos concretos durante distintos momentos compartidos de una relación a largo plazo, por ejemplo mirar al otro en una situación nueva y pensar “cómo me gusta esta persona” y quizás al fin de semana siguiente, enojarse y sentirse incomprendido por esa misma persona que nos deslumbró mientras cantaba unos días antes.
Creo que después de 20,30, o 40 años, no se puede sentir lo mismo, pienso que en una pareja que no anduvo bien, seguramente los sentimientos se dejaron morir, pero en una pareja que logró seguir interesados, los sentimientos son mucho más fuertes que al comienzo, ya que hay una vida en común compartida, una construcción lenta y paciente, como dice Gottman, que tiene un adhesivo más fuerte que cualquier contrato.
Lic. Dolores Rueda