Marie Bonaparte, la sobrina nieta de Napoleón, casada con el príncipe de Grecia nunca tenía orgasmos haciendo el amor y sí cuando se masturbaba. Era la segunda década del siglo XX y no tenía a quién consultárselo. Al borde de la obsesión por lo que ella concebía como algo tremendamente anormal,imaginó que quizá su clítoris estaba demasiado alejado de su vagina y no lograba reproducir con su marido la misma fricción que ella conseguía durante la masturbación. El clítoris es un órgano diseñado para generar placer, pero no está dispuesto de la mejor manera para alcanzar el orgasmo con la penetración. Los biólogos evolucionistas interpretan este hecho diciendo que el placer es fundamental como motivación para querer tener sexo y reproducirse, pero que a diferencia de la eyaculación masculina, el orgasmo femenino no es evolutivamente necesario, incluso contraproducente si tras él se genera cierta saciedad. Esto explicaría que la selección natural lo hubiera colocado a una distancia suficiente para ser estimulado durante el coito, pero no tanto como para facilitar demasiado el orgasmo.
La princesa Marie Bonaparte buscó la ayuda de un médico e hizo uno de los estudios científicos más peculiares que se pueden leer: midió la distancia entre el clítoris y la vagina de 243 mujeres, y les preguntó a todas por la frecuencia de sus orgasmos durante el acto sexual. A partir de este estudio estableció una distinción entre tres grupos de mujeres: las mesoclitorianas representaban un 10% de la muestra y eran las que tenían el clítoris situado a unos 2,5 cm de su uretra, en las teleclitorianas la distancia clítoris-uretra era significativamente mayor a 2,5 cm, y las paraclitorianas eran quienes tenían el clítoris más cercano a la uretra. Publicó sus estudios en la revista científica Bruxelles-Medical, concluyendo que efectivamente había una relación inversa entre la frecuencia de orgasmos durante el coito y la distancia del clítoris. Varios investigadores posteriores apoyaron su teoría.( S=EX2, La ciencia del Sexo)
Hoy existe un vibrador pequeñísimo,un aro vibrador que se coloca el hombre en el pene y que calza justo a la altura del clítoris para que las mujeres que quieren sentir el orgasmo por penetración puedan hacerlo, ya que aún hoy, hay cientos de mujeres que igual que Marie Bonaparte siguen esperando algún día sentir el orgasmo sólo por penetración.
Lic. Dolores Rueda