En la clínica como psicóloga y sexóloga me encuentro permanentemente con personas que han tenido situaciones de abuso en la infancia o adolescencia, y que por primera vez hablan de ésto siendo adultos, cuando efectivamente empiezan a percibir cómo les afecta ésto en sus relaciones íntimas como adultos en la actualidad.
Fobias al sexo, pasividad sexual,promiscuidad sexual, anorexia sexual,terror al encuentro sexual, vaginismo, dispaurenia, donjuanismo, muchas veces esconden abusos sexuales con personas del mismo sexo o del sexo contrario.
Lamentablemente ésto es muchísimo más frecuente de lo que se imagina, y en la mayoría de las veces proviene del entorno cercano familiar, abuelos, tios, padres biológicos, padrastros, curas, profesores, trasportistas, amigos de los padres, vecinos y cuidadores. O sea personas en quien el chico confía y por lo cual , depende la edad,puede suponer que estas muestras de cariño suceden entre padres e hijos, abuelo/nieto, etc,… y sólo cuando crecen la resignifican.
A veces fue sólo una vez….otras veces ,años, a veces sólo un manoseo, otras, una violación reiterada.Siempre producen daño, secuelas, consecuencias, cuanto ante acudan a pedir ayuda, a hacer un tratamiento, podrán procesar todas estas vivencias. La mayoría de las veces se les dice que es ¨un secreto¨, con esa persona querida o cercana, por lo cual cuesta mucho salir de esto y denunciarlo. Muchas veces los hacen sentir como los ¨elegidos¨.
Nunca es tarde para reveer y analizar estas vivencias y poder seguir adelante y poder disfrutar de relaciones profundas y confiables.
Lic. Dolores Rueda