Terapia de Parejas I

La sexualidad en la pareja desde el punto de vista psicoanalítico está presente en todas las acciones de los humanos: en la vida cultural, en los deportes, en la comida que la pareja comparte, en el silencio glacial con que se ignoran.

Ahora bien, en la mayoría de las parejas son especialmente importantes un tipo particular de intercambios que los pacientes, en su lenguaje coloquial, designan con la palabra «intimidad», o » vida sexual», «relaciones sexuales». Son actividades que consisten en algún tipo de realización sexual no sublimada(concreta).Refiriéndose a esta sexualidad no sublimada, dice Whitaker que cuando no es el principal pegamento de una pareja, ésta tiende a funcionar de alguna manera perversa(destructiva). Esta opinión, tal vez demasiado categórica, es sin embargo una frase para reflexionar y jugar con ella. Cuando en el intercambio no predomina la sexualidad en sentido amplio-Eros- probablemente predomine alguna forma de destructividad-Tánatos-. Y si pensamos en la sexualidad en sentido restringido, la ausencia de relaciones sexuales posiblemente indique un intercambio con un alto nivel de conflicto.

Freud propone, en el nivel psíquico, una explicación de la atracción sexual en el hallazgo del objeto: éste es en realidad un » reencuentro». El partenaire es portador de algún rasgo parcial que evoca, despierta y activa en el sujeto sus encuentros eróticos primeros.Los compañeros suelen atribuir a su relación de pareja actual muchos rasgos que en realidad corresponden más a las relaciones eróticas infantiles que a las actuales. Y aclarar estas proyecciones o confusiones alivia muchos malestares.

Un eje al que pueden referirse muchos de los conflictos intersubjetivos lo constituye el hecho de que el otro externo( pareja) no corresponde nunca al otro interno(imaginado). Aceptar y metabolizar esta diferencia otro imaginado/otro autónomo impone un trabajo psíquico interminable, en tanto hay siempre en el amor una aspiración a borrar esta diferencia.

Toda pareja implica conflicto: en el imaginario popular el amor implica complementariedad perfecta, ajuste impecable, pero la dinámica de la pareja amorosa electiva duradera implica obligadamente conflictos: conflictos de deseos y expectativas, en tanto se trata siempre de dos seres singulares, conflictos en cuanto el otro no agota el deseo propio, conflictos en cuanto el otro imaginado no corresponde exactamente al otro externo.

Para qué no sirve una pareja: no sirve para resolverle la vida al parternaire, no sirve para colmar la falta, no sirve para brindar una satisfacción permanente y absoluta, no sirve para proporcionar per se la felicidad, etc. Una parte del trabajo clínico es pensar, discutir y analizar qué es un vínculo de pareja, qué se puede esperar de él y qué no. Lo importante es proponer nuevos significantes, un texto por fuera de los dos textos «en guerra».

La intervención vincular cuando logra su objetivo, produce en los sujetos una elaboración particular de la incompletud, los funcionamientos narcisistas y la omnipotencia. Se experiencia que el otro, tanto como el propio sujeto , es opaco, desconocido e imprevisible, experiencia que suele ser negada o desmentida en la pareja, dado su origen en el enamoramiento. Ambos experimentan, si la terapia progresa, una responsabilidad por el vínculo y por el otro.

La diferencia fusión-discriminación es un criterio para evaluar la marcha del tratamiento. Cuando hay plasticidad en el manejo de los conflictos, se observa una alternancia periódica y adecuada a las circunstancias entre la fusión y la autonomía. Cuando la alternancia y la adecuación se obstruyen se da un predominio rígido de dinámicas fusionales y/o hiperdiscriminadas.

Otro punto importante es la sintonía recíproca, abarca mucho de la capacidad de insight, simbolización ,conexión, pensamiento y registro de los afectos en la relación con el otro.Es una captación sensible y receptiva del parternaire, consiste en ponerse en el punto de vista del otro y entender sus motivaciones y conductas, » imaginar» qué le sucede al otro; algo del orden de la identificación pero que no implica ni aceptar su punto de vista ni darle la razón.

La sintonía recíproca suele desaparecer en las crisis de pareja, en las que el conflicto intersubjetivo se transforma en una lucha despiadada por » cómo son las cosas», y «quién tiene razón».                          La terminación de un tratamiento analítico de pareja supone una evaluación realizada entre los miembros de la pareja y el analista en la que acuerdan que se ha cumplido un ciclo y se han modificado en forma satisfactoria los funcionamientos que los trajeron a la consulta.

¿Que quiere decir cumplir un ciclo? Las parejas consultan porque algo en la relación produce malestar de manera importante y el analista diagnostica que este malestar está determinado por funcionamientos psíquicos que conviene trabajar en un dispositivo vincular.

El cambio psíquico alcanzado debe tener solidez, que se diferencie de una mejoría transitoria, pero no elimina los sucederes de la vida, en virtud de los cuales una pareja puede volver a entrar en crisis.

En una finalización habitual, los miembros adquieren un nuevo equilibrio en el funcionamiento vincular, en el cual contienen los conflictos con una mejor hospitalidad y sin violencia excesiva.

Se cierra un ciclo pero no se alcanza un ideal de pareja aconflictiva.( Bibliografía:» Clínica Psicoanalítica con Parejas», de Miguel Spivacow)

Lic. Dolores Rueda

 

 

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