Dodecálogo del sexo en la salud:
Diversión: la práctica sexual requiere energías. Pero distintas de las que aplicamos al trabajo, los problemas y los compromisos, por eso en lugar de agotarlas, las repone. No hay que hacer el amor por obligación, ni para descomprimirse, sino porque los dos en la pareja tienen ganas y funcionará como ansiolítico y antidepresivo de amplio espectro.
Metas, sueños y proyectos: la seducción, la estrategia de conquista, la responsabilidad de complacer, el plan de construir una noche de pasión, una pareja, una relación,una familia, que se ponen en juego con el deseo, la atracción y el amor, constituyen un entrenamiento para buscarle la meta a todo esfuerzo y dar sentido al futuro.
Recompensas: El ejercicio de la sexualidad es un remanso que alimenta y recarga baterías, rearma para la siguiente batalla.
Además, cada vez que hacemos el amor recibimos recompensas específicas: placer, aprobación, gratitud. Son un nutriente básico.
Percepción consciente: la vida tiene también muchísimas cosas que no siempre apreciamos. El amor aguza los sentidos, entrena en la percepción de estímulos- aroma, imágenes, sabores, sonidos-, cuyos efectos se multiplican al asociarse y ayuda a reconocer los mensajes secretos de la mente y el cuerpo.
Autoestima: Verificar que uno es capaz de complacer, alegrar, conmover, despertar admiración, cariño, deseo, brinda confianza en sí mismo. Esa confianza excede los límites de un encuentro sexual.
Descanso y relajación: la excitación y el placer distraen de preocupaciones, relajan los músculos y los nervios, descargan tensiones, dan tregua al cerebro, equilibran las secreciones neuroquímicas, levantan el ánimo, oxigenan, activan la circulación. Los masajes mutuos entre los juegos amorosos previos o posteriores al orgasmo actúan como un gran analgésico frente a dolores por tensión cansancio.
Ejercicios físicos: Se queman un montón de calorías en una hora de pasión y trabajan músculos y articulaciones.
Ejercicios mentales: las fantasías, las tácticas de seducción, los juegos sexuales, la invención de personajes y situaciones, la producción de climas románticos, la anticipación, los ensueños agilizan la mente, mantienen despierta la creatividad y la imaginación.
Estibar la carga: poner cada cosa en su lugar despeja, aliviana, ordena. Aprender a sacarse las tareas pendientes, el reloj, las angustias, la ropa, y hacer espacio para hacer el amor.
Hacerse responsable: cuando sucede una falla sexual, la primera tendencia es echarle la culpa al compañero. Esa actitud, aunque suene contradictorio, genera culpa porque en el fondo, uno sabe que no es cierto y que, en lugar de enfrentar el problema, lo está disfrazando y trasladando, con lo cual difícilmente podrá solucionarlo.
Desarrollar resiliencia: la capacidad para asimilar y superar la adversidad tiene que ver con la personalidad forjada en la primera infancia, pero es posible incrementarla voluntariamente. La frustración sexual o sentimental, si se lo permite, si se abandona a ella, es capaz de contaminar todos los planos de su vida con una sensación de fracaso e invalidez general. Pero como alude a un aspecto tan sensible, a la vez puede transformarse en el impulso más poderoso para corregir, también en todos los planos, su modo de enfrentar los contratiempos.
Comunicarse: el acto sexual es comunicación, la más íntima y completa que existe. También la oportunidad ideal para ensayar todos los lenguajes- el de las miradas, las caricias, las palabras, las sonrisas-, expresar todas las emociones y aprender a pedir y a negarse, a preguntar y a dar, a ofrecer y a recibir, a compartir y a confesar. Desnudarse frente a otro desnuda ante uno mismo, comunica con las propias memorias, aclara conflictos, libera, revela.
Libro “Estrés y Sexualidad”del Dr JC Kutnezoff
Conclusiones:
Creo que el sólo hecho de hacer un dodecálogo de la sexualidad es interesante, quizás cada uno debería hacer el propio. Pienso que muchas parejas estables esperan a que todo esté fantástico, el humor, el ánimo, la energía, la onda con la pareja, la casa ordenada, la cocina limpia, para hacerse tiempo para el amor, y muchas veces es al revés, compartir sexualidad hace que el ánimo vuelva, que la onda aparezca y la comunicación fluya nuevamente, no es necesario “hablar”todo con palabras, a veces el cuerpo expresa más claramente lo que uno siente, inclusive muchas parejas se entienden mejor corporalmente que hablando. Creo que el peor error con el transcurso del tiempo en las parejas, es dejar el sexo en un segundo plano, creer que ya no es tan importante o necesario, pienso que no hay nada que mantenga más fresco el vínculo que sostener una sexualidad activa y creativa.
Lic. Dolores Rueda