Aunque no es universal de las mujeres, últimamente en la Clínica he observado, la dificultad que tienen muchas personas y mayoritariamente las mujeres para cobrar honorarios profesionales y/o para ponerle un precio a sus actividades laborales.
Hace tiempo leí un libro de Clara Coria con este nombre:»El sexo oculto del dinero» y fue absolutamente revelador.Nunca me había costado cobrar mis honorarios, pero no tenía idea de la cantidad de fantasmas que se escondían atrás de esta práctica.
«Me siento un/a comerciante», » un/a materialista»,»un/a interesada/o», son frases que escucho frecuentemente en la Clínica. Y cuando empiezo a tirar del hilo que se armó detrás de esto, siempre aparecen las mismas emociones: pudor, verguenza, ambición, que el dinero «quema», » que es sucio»???
En las mujeres se asocia inconscientemente el cobro de honorarios con…adivinen que…sí con la prostitución!!.Esto viene parece , según la Lic.Coria, de nuestra cultura patriarcal, donde los hombres salían a trabajar fuera de la casa, y las mujeres trabajaban dentro de la casa.Ahora las primeras mujeres en «cobrar dinero» en actividades fuera de la casa fueron las trabajadoras sexuales, entonces en nuestro inconsciente colectivo venimos arrastrando esto y lo seguiremos cargando si es que no tomamos conciencia de ello.
Pero esto no es todo! hay dos fantasmitas más, el de » la mala madre» y el de la «dudosa femineidad».
La maternidad está cargada de sentimientos altruistas e incondicionales, de paciencia y de ternura, que por supuesto no siempre es así, pero sí se necesita una dosis de todo ésto cuando uno/a cría un hijo/a.Ahora si esa misma mujer, madre, además es profesional independiente y ofrece servicios de lo que sea:odontología, kinesiología, psicología,abogacía, etc o vende algún producto que fabrica o intermedia, me encuentro con el mismo tabú:» no sé cobrar». He escuchado frases como : » yo me preparé en la Facultad para ser psicóloga u odontóloga pero no para cobrar.Tanto lo escucho, que creo que debería ser una materia para recibirse » Cómo cobrar sus honorarios sin sentir que no corresponde»( o sin ponerse colorado/a) y examinar todo lo que hay detrás de esto.
El tercer fantasma , el de la dudosa femineidad, es el relacionado a los roles de género, y a los atributos que nos han enseñado que debe tener toda mujer que se » precie» de tal.¿Una mujer que diga » es tanto»? ¿ es una desvergonzada? ¿de qué se espera que viva , si trabaja de forma independiente?. Muchas, y algunos pocos sienten mucho pudor de cobrar sus servicios profesionales, algo así como si estuvieran «robando», o «sacándole la plata» al cliente/paciente, etc
Ni hablar de los casos que alguien les debe plata por cualquier motivo, prefieren dejarlo ahí que parecer «ambiciosas», » interesadas» o cualquier atributo ligado a mala mujer, mala madre, poco femenina.
Pienso cuantos «vivos/as» se benefician con la cantidad de personas, especialmente mujeres que no reclaman sus deudas.
» El sexo oculto del dinero, hoy sería más apropiado decir quizás el género oculto del dinero, aparece claramente sexuado. De muchas maneras se adscribe al varón.Es asociado a potencia y virilidad, convirtiéndose casi en un indicador de identidad sexual masculina, por lo cual muchas mujeres asocian el interés por este como algo poco femenino.
En la Andropausia muchos hombres empiezan a tener temores terroríficos, en algunos casos, a su pérdida de potencia sexual, por erecciones naturalmente menos firmes o menos frecuentes y tienden en muchos casos a compensar ésto con posesiones, autos más caros, más largos, etc.
Poderoso Caballero es Don Dinero.
A cobrar mujeres y con la frente alta!( Bibliografía : » El Sexo oculto del dinero», de Clara Coria)
Lic. Dolores Rueda