Esta polémica frase de Lacan siempre me pareció poco afortunada, pero muy cierta en mi confirmación clínica. Para los que no son del ámbito psi, esto es lo mismo que decir,» no hay proporción sexual», o no hay una complementación sexual , donde no hay dos goces iguales ni complementarios. Ni medias naranjas, ni nada de este orden, y partiendo de este paradójico axioma me gustaría compartir muchas cuestiones de los conflictos sexuales y de parejas, que parten directamente de acá.
Dice la teoría que las parejas que mejor se llevan es porque han logrado articular sus goces singulares, aún así las personas que consultan suelen tener unas expectativas de armonía sexual absolutamente desproporcionada con la realidad de los encuentros sexuales y a partir de acá todo es frustración. Hay una ilusión de control de la situación detrás de sus discursos, imposible de satisfacer. También cómo puntúan si un encuentro íntimo fue bueno o malo desde sus miradas, tiene un sesgo sexista inmenso. Hace unas semanas, un paciente tuvo dos encuentros sexuales con dos compañeras distintas, él me relataba uno de los encuentros como muy exitoso, dado que pudo mantener su erección largo rato, pero no tenía la menor idea si su compañera lo había pasado bien, él sólo observaba, si había tenido una buena » actuación» según su modelo de éxito que estaba sólo puesto en mantener la erección y no en pasar un buen rato. Con la otra compañera pasó todo el día seduciéndose mutuamente y a la hora del encuentro, no tuvo erección, lo toleró bien, pero calificaba esto como una experiencia fallida. Cuando llamó nuevamente a la primera, no tuvo respuesta de que quisiera un segundo encuentro, en cambio la segunda lo llamó ella para volverse a ver.
Otro paciente, cuyo objeto erótico son los hombres y las mujeres, tras una relación de cuatro años con una, no sabía si ella había llegado alguna vez al orgasmo, «suponía que sí», pero no se le había ocurrido preguntar…
Muchísimas pacientes mujeres, incontables, que no saben si han sentido un orgasmo alguna vez, sienten excitación pero no pueden ubicar si eso sería un orgasmo o no. Es interesante saber que esto es mucho menor en las mujeres lesbianas, ambas saben exactamente cómo frotarse y no les molesta que sea «clítoris con clítoris». En cambio en la heterosexualidad, muchos hombres que vienen con sus mujeres a la consulta me dicen» a ella le gusta más mi pene rozándola afuera que adentro», y creen que hay algo que anda mal. Y yo les pregunto si están buscando tener un hijx y me dicen muchas veces que no, entonces les digo, y por qué no hacen lo que les gusta y ya? hay un guión aprendido y cuando no se lo sigue se ubican del lado de la patología o la anormalidad.
Aún hoy, en el 2021, hay tantos mitos, mandatos, prejuicios, actuaciones detrás de los encuentros sexuales, o deberíamos llamarlos «desencuentros sexuales», o como dice Lacan » no hay relación sexual». Hay tanta carga puesta de ambxs lados de cómo deben ser las cosas, tanto guión imaginado, tanto peso puesto en la belleza y TAMAÑO de sus cuerpos, sí lo pongo con mayúscula, porque escucho en la clínica que estamos en una época de mucha libertad sexual, de muchos aparentes permisos para experimentar, de muchos contratos nuevos de pareja, pero de muy poco disfrute. Todas estas cuestiones son muy inconscientes en muchos casos, pero muy poderosas para interferir en la articulación de goces.
El trabajo como sexóloga psicoanalista no tiene nada que ver con «dar tips» que vienen a buscar las personas que consultan. No hay «tips universales» del goce uno. El síntoma sexual los trae a consulta y hablan de esto en un inicio, para luego abrir otros capítulos de su vida y así recorriendo el esqueleto, el hilo de sus marcas de goce, el resto viene por añadidura.
Lic. Lola Rueda