Como psicóloga y sexóloga en los distintos lugares que trabajo, recibimos muchísimos/as pacientes con vivencias de abuso sexual. Es interesante observar que en el 95% de los casos, estos fueron ocasionados por personas » heterosexuales» y de su propia familia o entorno íntimo. Creo que es importante difundir esto ya que muchas veces se habla «livianamente» de » perversiones» refiriéndose a la » diversidad sexual» y una cosa no implica la otra de ninguna manera. La perversión aparece cuando en una relación se trata al otro/a como objeto y no como sujeto, y/o cuando no hay consentimiento posible . Cuando definimos claramente qué es la perversión, cúantos casos se les vienen a la mente? de «sujetos respetables en los ámbitos públicos o profesionales» que tratan como objetos a sus parejas, que no respetan lo que el otro/otra desea?. ¿ O cuántos/as recuerdan alguna situación en la que algún adulto familiar o cercano ,tocó ,miró o abrazó con «un plus» y se quedó con esa sensación de exceso? Y no la contó porque la/lo sobrepasó? porque quizás esa persona era querida o reconocida en la familia, trabajo, deporte o espectáculo?
No hay ninguna relación entre la identidad sexual, la orientación sexual y la perversión,esta puede darse en cualquier identidad u orientación sexual. Pero las estadísticas de abusos apuntan directamente a los entornos familiares, padres, padrastros, tíos,vecinos, primos mayores, hermanos mayores, todos declarados heterosexuales. Entonces por eso es importante la Educación Sexual Integral desde jardín de Infantes, para que los niños y niñas sepan tempranamente cómo cuidarse y no «guardar secretos» cuando algún adulto que debería » cuidar», abusa.
Otro tipo de perversión, abuso o tratar a un sujeto como objeto se da y se escucha en la clínica cuando adolescentes,hoy adultos refieren que para «debutar sexualmente» se «metieron» en los cuartos de empleadas domésticas de sus casas , quienes obviamente por temor al despido o a que no les creyeran, no los denunciaron.
Hoy se habla mucho de patriarcado, machismo, feminismo… y esto le pone los pelos de punta a más de uno, y también se escucha en la Clínica frases como» mi mujer me habla de patriarcado, qué le pasa? «eso me enfurece», dicen.
Las estadísticas tampoco ayudan,ya que «las perversiones» son también mayoritariamente masculinas, sólo que muchos ni siquiera son conscientes que cosas que hacen, o hicieron, entran en esta categoría. Lo que está ocurriendo socialmente, a nivel país e internacionalmente nos da una oportunidad única para repensar las masculinidades, criar hijos «no machistas» y apostar por una convivencia humana más amorosa y justa.
Observo que ya hay muchos varones que se dicen feministas, casi todos entre 14 y 30 años aproximadamente, que tienen muchísimo que enseñar a sus padres y abuelos que fueron criados en el sistema antiguo, conservador y «patriarcal», siempre y cuando estos se den cuenta que no hay nada que los mantenga más «jóvenes» que seguir animándose a cuestionar «certezas». Además de seguir aprendiendo de sus hijos y nietos no sólo tecnología sino sobre el amor, las parejas, el respeto y el deseo. Sin caretas.
Lic. Dolores Rueda