En los últimos meses he recibido consultas sexológicas que llevan 20 años o más padeciendo los pacientes que acudieron a las entrevistas y ésto me sigue haciendo reflexionar sobre un punto que parece detenido en el tiempo.¿Por qué la gente si le duele la panza o la cabeza, o el pie, por una semana o más, no tiene ningún problema en ir, sacar un turno médico e investigar cuál es el problema en cuestión para intentar solucionarlo y seguir con su salud habitual. Ahora, cuando se trata de un conflicto con su sexualidad tarda años en consultar , si es que consulta alguna vez, y cuando consulta, muchos dicen y piensan»haberlo sabido antes»!!!!!. Años arrastrando alguna mal llamada»disfunción sexual», que muchas veces, recién cuando una relación o un vínculo de pareja está en terapia intensiva, creen que quizás, si «arreglan» eso que hace años sostienen sin preguntarse por qué.
Afortunadamente de a poco ésto ,está empezando a cambiar y las nuevas generaciones tienen menos prurito en hablar de sus problemas sexuales, recibo muchos jóvenes de alrededor de 20 años, que se animan a analizar con la profundidad que merecen estas cuestiones de la intimidad y así pueden tener años por delante de una mejor vida sexual que la de sus padres.
La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos y es una parte importantísima de la relación con uno mismo y con los otros/as. Es algo que afecta nuestra salud física y psíquica tanto por su presencia o por su ausencia.Pero hay que animarse a correr riesgos emocionales, y ésto que es tan simple decirlo, a muchas personas les cuesta muchísimo. Quizás son capaces de tirarse de un paracaídas o hablar ante un auditorio lleno de gente, pero absolutamente incapaces de decirle a su pareja si se masturban, si alguna vez sintieron un orgasmo( o si siempre lo fingieron), o si quieren probar algo diferente en el encuentro sexual ,por pánico al rechazo del otro/a. No hay un lugar donde uno se muestre tanto cómo es ,como en el encuentro sexual ,siempre y cuando sea uno mismo/a y no esté actuando.
Parejas que consultan o quizás sólo uno de ellos/as después de 20 años porque no tienen la menor idea de lo que le gusta al otro/a pero hay interés de tener una mejor vida sexual en la segunda mitad de la vida, donde haya lugar para el placer y el juego.
La buena comunicación sexual, verbal y corporal,exponiendo al otro/a lo que realmente quiere y necesita cada uno, incluídos los temores, las inseguridades, las expectativas que cada uno tiene del otro/a y del encuentro sexual está a años luz de lo que se necesita para disfrutar de una buena vida sexual.
A no naturalizar los problemas íntimos y hacerlos crónicos, cuanto antes se consulta, más fácil es encontrar un camino de mayor satisfacción y bienestar.
Lic. Dolores Rueda