La mirada de deseo

La mirada de deseo del otro/a es algo que se repite en el consultorio como «deseo» en el encuentro sexual o en la cotidianeidad de la pareja, seguir sintiéndose mirados/as con deseo. Aunque estadísticamente pareciera más un problema femenino, el de «cumplir» con el acto sexual cada tantos días, semanas o meses! en algunos casos. No hay cursos o seminarios de cómo se sigue una vez que uno/a pasa a convivir con ese otro/a, pero lo que aparece en las sesiones de pareja es que creían que todo iba a seguir» encendido» como por arte de magia, que sólo con quererse bastaba. Es como pensar que si voy un año al gimnasio me va a durar el efecto en el cuerpo toda la vida, o que si un día limpié y ordené mi casa ya está no voy a tener que volver a hacerlo. Ahora ninguno/a de los miembros de la pareja parece haber imaginado que iba a haber que seguir haciendo cosas por mantener el interés y el deseo encendidos. La rutina los/as adormece, los/as anestesia y esperan que el otro/a se ocupe de remar la barca del amor y la pasión, se recriminan mutuamente, en vez de poner a rodar algo del orden del deseo que a cada uno lo motive , en vez de esperar que el otro/a ponga toda la creatividad, la innovación , la música y la magia. En realidad si quieren tener una pareja a lo largo del tiempo que les resulte interesante desde el punto de vista erótico/sexual hay que poner energía en ésto, mucho más que en el orden , la limpieza, la educación de los hijos/as o en ser socios en pagar las cuentas. Hay que seguir pensándose como amantes y no como marido y mujer. Con un/una amante hay que hacerse tiempo para estar, encontrar el hueco, lo mismo si quiero seguir teniendo vida sexual con quien elegí de compañero/a.

Hay mujeres(estadísticamente es así, y no es casual, es por la educación sexista en este aspecto), que parece que «masturban» los platos, o se levantan a la madrugada a limpiar o a ordenar algo que quedó supuestamente fuera de lugar. Y agotan sus energías en cuestiones que puntúan como de «buena madre o mujer»(limpieza y orden). Y las que tienen personas que las ayudan con los quehaceres domésticos muchas veces ponen la libido en otras cuestiones, y esto es respetable, sólo que hasta el momento lo único que distingue a una pareja de amigos o hermanos de una pareja erótica es la sexualidad,en ppio con un amigo/a puedo realizar cualquier tipo de actividad pero no comparto sexo(aunque algunos/as se llamen» amigos con derechos», entiendo que se comprende a qué me refiero).

En las despedidas de solteras antiguamente se regalaban » cosas de limpieza», » coladores», escobillones», «ralladores»,por supuesto a las mujeres solamente. Hoy por suerte las cosas están empezando a ser bien diferentes y se arman reuniones de» tupper sex» donde se regalan juguetes sexuales.El mensaje está cambiando, pero muchas parejas comienzan con entusiasmo y con el paso de los años entran en la zona de comfort y para que la llama no se extinga hay que incomodarse un poco…para ganar sin dudas.

Un buen indicio de que hay algo para revisar y que es momento de exponer esto en la pareja es cuando alguno/a de los dos siente que tiene que «cumplir» o » actuar». Cuando el encuentro sexual se transforma en un «deber» y está muy alejado del placer mutuo.La mirada del otro/a, esa cara de que está disfrutando y no actuando, es lo más sagrado del encuentro y cuando no tengamos ganas o estemos cansados/ as, no lo hagamos, ya que sería como faltarle el respeto al arte del encuentro sexual.

Lic. Dolores Rueda

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